Tipos de cadenas de nieve y cómo se ponen

 

Descubre aquí cómo elegir las mejores cadenas de nieve para las ruedas de tu vehículo y cómo colocarlas correctamente en el caso de que sea necesario.

La nieve y el hielo son dos de los imprevistos más peligrosos en carretera. Su presencia en la calzada provocan un gran número de accidentes en épocas invernales, ocasionando una pérdida de control del coche cuando menos lo esperamos. Por esta razón, es muy aconsejable conocer bien cómo combatirlos.

Uno de los métodos más eficaces en la lucha contra las nevadas con nuestro coche es el uso de cadenas de nieve. Un elemento desconocido para muchos conductores y que podrá contribuir sustancialmente en la seguridad de nuestro vehículo cuando viajamos.

 

Cómo poner las cadenas de nieve

Para evitar problemas en carretera, en Hello Auto te explicamos cómo poner las cadenas según nuestras ruedas y el tipo de cadena usado. Pero, antes de esto, te recomendamos que siempre revises con antelación las características invernales de la zona a la que vas a viajar para evitar sorpresas desagradables durante la marcha.

 

Antes de continuar, debemos de tener claro que todas las cadenas se ponen en las ruedas motrices, es decir, las que reciben las fuerzas del motor. De este modo, en el caso de vehículos de tracción delantera, se tendrán que colocar en el eje delantero, siendo al contrario para los coches de tracción trasera. Para los vehículos 4×4 con tracción integral habrá que poner las cadenas en las cuatro ruedas.

 

También será muy importante elegir correctamente el tipo de cadena, por lo que antes de usarlas hay que comprobar que se ajustan al tamaño de nuestras ruedas.

 

Además, tal y como indica la Dirección General de Tráfico (DGT), para colocar las cadenas es muy aconsejable usar guantes y tenemos que situarnos en un lugar seguro, señalando el lugar donde se encuentra el vehículo con el triángulo de emergencia y sin olvidar ponerse el chaleco reflectante. 

 

Cadenas metálicas

Son las cadenas más duraderas y también las más complicadas de instalar. Para hacerlo, tenemos que estirarlas primero en el suelo. Después colocamos el cable de acero tras la rueda y lo enganchamos.

 

Ahora, ajustamos la cadena en el neumático, teniendo en cuenta que debemos mover el coche para cubrir la parte de la rueda que está pegando al suelo. Normalmente, las cadenas se terminarán de tensar con la marcha, pero se recomienda parar tras la media hora de marcha para comprobar que están bien colocadas, sobre todo si es la primera vez que lo hacemos. 

 

Cadenas de tela

Son las más utilizadas debido a la facilidad de su montaje y a que dañan poco la llanta en su uso. Para ponerlas es necesario hacerlo como si estuviéramos vistiendo la rueda. Así, pon primero la parte superior, engancha bien la funda y estira la cadena al resto del neumático.

 

En este sentido, también quedará una parte de la rueda sin cubrir, por lo que hay que mover un poco el coche soltando el freno. De esta manera podremos cubrir el resto de neumático sin problema.  

 

Cadenas de red o compuestas

Este tipo es muy parecido a las cadenas de tela. Así, su montaje también es muy fácil, aunque presenta un poco más de dificultad que las anteriores. Esto se debe a que hace falta más fuerza para estirarlas y ajustarlas a las ruedas.

 

De este modo, tenemos que llevar a cabo los mismos pasos que en las cadenas de tela. Primero, colocamos la parte de arriba. Luego, estiramos al resto de neumático y movemos el coche para descubrir la zona que quede por enganchar para terminar de ajustarlas. 

 

Cadenas líquidas

En último lugar, están las cadenas líquidas, que son las más diferenciadas. Esto se debe a que no son cadenas como tal, sino que se trata de un spray que se echa sobre el neumático para mejorar su adherencia.

 

Este tipo de ‘cadenas’ son indicadas para momentos muy puntuales. Y no se pueden usar en lugares donde es obligatorio usar cadenas para circular. Su aplicación se lleva a cabo pulverizando el líquido alrededor del neumático. 

 

Cadenas semiautomáticas

Se trata del tipo más caro, pero también el más fácil de colocar y el más eficaz en la actualidad. Su uso no daña ni la llanta ni el neumático y agarran mucho más que sus homólogas. Como inconvenientes, ocupan más lugar en el maletero al ser más grandes y rígidas y precisan estar colocadas de manera fija en el neumático.

 

Por esta razón, se recomiendan para coches en lugares con nevadas frecuentes. Para colocarlas no hará falta nada más que unos minutos, siendo su colocación muy sencilla, aunque para ello debemos de haber realizado una instalación principal en un taller. 

 

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