Sabemos que todos los coches tienen varios filtros, pero es posible que no sepamos cuántos, para qué sirven o por qué es importante cambiarlos con cierta asiduidad.
Pues bien, ha llegado el momento de dar respuesta a todas estas preguntas sobre los filtros del coche para comprender la necesidad de tenerlos todos en perfecto orden de revista.
¿Cuántos filtros tiene un coche?
La cantidad de filtros de un vehículo depende del fabricante y del tipo de coche, aunque todos ellos comparten cuatro tipos de filtros principales que están presentes en todos ellos: el filtro de aire, el del habitáculo, el del aceite y el de combustible.
Ahora que ya lo sabes, toca descubrir para qué sirven y por qué resultan tan importantes, además de qué otros tipos de filtro del coche existen, cuál es su función o por qué hay que renovarlos cada cierto tiempo para garantizar la máxima eficiencia mientras conduces.
Filtro de aire
El filtro de aire del coche es el que garantiza la llegada de oxígeno en buenas condiciones al interior del motor. Este es necesario para el proceso de combustión, en el que el aire se mezcla con el oxígeno para conseguir impulsar el vehículo.
Los motores de combustión interna, además de combustible que quemar, necesitan de la entrada de oxígeno en su interior para garantizar el proceso de combustión. Ahora bien, dicho oxígeno debe llegar al motor libre de impurezas que puedan arruinar la mezcla y generar procesos perjudiciales tanto para dicho elemento como para las personas que van a bordo del vehículo. Al fin y al cabo, lo que se genera en el interior del motor es una pequeña explosión controlada, por lo que no conviene que salga nada mal.
Es necesario cambiar el filtro de aire del coche con cierta asiduidad para garantizar la máxima eficiencia en el proceso de combustión, así como cero problemas de emisiones de gases, que son más perjudiciales si el aire no llega como debe.
Filtro del habitáculo
Llamamos filtro del habitáculo, o también filtro del polen, al elemento encargado de filtrar el aire que entra al interior de la zona del coche en la que viajan las personas. De este modo, el aire que se respira estará libre de polvo o polen.
Y no solo eso, sino que si apostamos por un filtro de habitáculo con carbón activo, además conseguiremos esquivar malos olores del exterior, e incluso gases que puedan resultar perjudiciales para quienes viajan en el vehículo.
Este filtro, además de indispensable para la salud, sobre todo para personas que puedan ser alérgicas a elementos que viajan a través del aire, garantiza una mejor visibilidad y una extensión de la vida útil del sistema de climatización y aire acondicionado.
Filtro de aceite
El filtro de aceite de un coche es casi tan esencial como lo es el aceite para el buen funcionamiento del motor. Por buena calidad y viscosidad que tenga un aceite, es necesario que el filtro de aceite retenga impurezas, permitiendo así una mayor eficiencia.
Evitando la proliferación de contaminantes en el aceite del coche, el filtro de aceite vela por la vida útil del motor, contribuyendo a que su desgaste sea mínimo siempre y cuando utilicemos un aceite de calidad, con buenos aditivos, y se cambie con regularidad.
Además, al quedar todas las impurezas en el filtro de aceite y ser cambiado este a la vez que el propio aceite antiguo, se evita que el nuevo aceite esté contaminado desde el mismo momento de su incorporación al motor.
Filtro de combustible
El filtro de combustible del coche cumple con un papel similar al filtro de aceite, ya que su objetivo principal es retener posibles impurezas presentes en el carburante. Esto es indispensable para que el rendimiento del motor sea óptimo y se mantenga en perfecto estado.
Son muchas las alteraciones que puede sufrir el combustible del coche sin un filtro. El polvo, siempre presente, el óxido o la arena de los caminos pueden no solo contaminar la mezcla, sino también bloquear la entrada de carburante en el motor, lo que generaría algo muy parecido a una obstrucción en una arteria en un cuerpo humano: si un motor no recibe carburante suficiente, no puede seguir haciendo que el vehículo se mueva.
Además, este filtro de combustible también garantiza que las piezas del motor no sufrirán más fricción de la debida por culpa de la intrusión de este tipo de elementos.
Otros filtros
Ya hemos visto los principales filtros del coche, pero conforme la tecnología ha ido avanzando, cada vez han sido más los que han ido implementándose en los nuevos vehículos. Uno de ellos es el filtro de partículas, ¿pero para qué sirve?
El filtro de partículas está presente en los motores diésel y su objetivo es el de evitar que se liberen a la atmósfera los gases contaminantes que emite la combustión de este tipo de carburante. Básicamente, este filtro se dedica a captar partículas contaminantes antes de que salgan por el tubo de escape para garantizar que los vehículos que se alimentan de gasoil contaminen lo menos posible.
Eso sí, la llegada de los vehículos eléctricos ha supuesto una auténtica revolución en el tema de los filtros del coche. No contaminan, por lo que no necesitan filtro de partículas, y sus motores tampoco tienen piezas móviles, por lo que los filtros de combustible, de aire o de aceite no tienen sentido en ellos.
El que sí mantienen es el filtro del habitáculo, pero que no utilicen el resto, o al menos no como lo hacían los vehículos con motores de combustión interna, es una gran noticia desde el punto de vista económico. Al fin y al cabo, a menos piezas que haya que renovar… ¡menos dinero habrá que dejarse en tareas de mantenimiento!