Descubre lo que rodea el mundo de los vehículos eléctricos. Desde los puntos de recarga a la autonomía, las prestaciones o los coches autorrecargables.
El futuro de la conducción y de la automoción pasa por los coches eléctricos, que se presentan como la gran alternativa a los vehículos de motores por combustión en el horizonte. Estos coches eléctricos son aquellos que están propulsados por la energía eléctrica que se almacena en una batería que lleva integrada.
En la actualidad, aún no se ha logrado dar el salto a una conversión eléctrica en el parque automovilístico, pero en los últimos años han empezado a circular vehículos de este tipo, incluso otros similares como los híbridos. En el caso de estos últimos se halla un coche eléctrico que presenta también motor de combustión, siendo su uso más versátil y su instauración más extendida en el mercado.
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Puntos de recarga
Como se ha expuesto en los primeros párrafos, el coche eléctrico tiene una batería integrada desde la que obtiene la electricidad para convertirla en energía mecánica. Esta batería precisa recargarse cada cierto tiempo de uso, al igual que se recarga un depósito de gasolina en un vehículo convencional. Es aquí donde entran en juego los puntos de recarga.
En estas estaciones, donde el coche eléctrico obtiene la energía para seguir circulando, se reposta el vehículo de manera muy sencilla gracias a su intuitivo funcionamiento. Para ello hay que extraer el cable del coche y conectarlo en el enchufe del punto de recarga. Es así de fácil.
Una vez enchufado, el punto de recarga traslada la energía eléctrica a la batería del automóvil según el cargador que estemos utilizando, pudiendo ser una recarga convencional (entre 4 y 8 horas), semi-rápida (entre 1 y 3 horas) y rápida (una media hora).
Lo que no es tan afable es encontrar una estación en la que recargar la batería del coche eléctrico, aunque bien es cierto que poco a poco se están instalando más puntos de recarga repartidos en las ciudades y carreteras.
En este caso, lo más recomendable es consultar Internet para conocer dónde hallar un punto de recarga, que normalmente se encuentran en gasolineras, centros comerciales, parkings, concesionarios, talleres o algunas zonas de la vía pública.
La ausencia de más puntos de recarga es el gran reto del Gobierno español, que pretende impulsar la instalación de más estaciones para coches eléctricos mediante el Plan Moves 2020, en el que se pretende acabar con el gran inconveniente de la autonomía en los coches eléctricos e impulsar aún más su desembarco en el parque automovilístico español.
Cabe destacar aquí que el Ejecutivo español está ofreciendo un programa de ayudas y subvenciones para la instalación de puntos de recarga rápida y semi-rápida. Esto tiene como objetivo fomentar la aparición de estas estaciones eléctricas y mejorar el uso de los coches de este tipo para un futuro más sostenible.
Autonomía y prestaciones
Pese a que la autonomía de un coche eléctrico es uno de los peros a valorar por los ciudadanos que quieran sumarse a la ola sostenible en la automoción, hay que señalar que los vehículos eléctricos han mejorado mucho en este aspecto en los últimos años.
Hoy en día, un coche de este tipo puede circular en torno a 600 kilómetros sin recargar, aunque esto dependerá mucho del uso y de la edad que tenga la batería. En este aspecto hay que tener en cuenta un detalle que cambia radicalmente con respecto a los automóviles convencionales. Y es que los coches eléctricos gastan más en autovía que en ciudad.
Por ello, un vehículo eléctrico aparece como una gran opción para personas que se mueven mucho en terreno urbano, sobre todo en grandes ciudades que ya están equipadas con puntos de recarga por todo su territorio.
Tipos de batería de los coches eléctricos
Hay diferentes tipos de baterías según su composición. A continuación te exponemos los principales que podemos encontrar en los vehículos que hay en la actualidad en el mercado automovilístico:
- Plomo-ácido o PB-ácido: es la usada en coches convencionales y tiene una autonomía de unos 100 kilómetros.
- Níquel-cadmio o NiCd: es la más extendida en el mercado automovilístico, con un ciclo de vida de 1.500 y 2.000 cargas.
- Níquel-Hidruro metálico o NiMh: es la más usada para coches híbridos, con un ciclo de vida reducido a entre 300 y 500 cargas.
- Ion-litio (LiCoO2): tiene una alta capacidad energética, con un ciclo de vida que va desde las 400 a las 1.200 cargas y descargas.
- Ion-litio con cátodo de LiFePO4: aumenta su ciclo de vida, con hasta 2.000 cargas y descargas gracias a una mayor seguridad al no utilizar cobalto.
- Polímero de litio (LiPo): contienen una gran potencia y capacidad energética, teniendo unas 1000 cargas y descargas
Coches eléctricos autorrecargables
El problema de la autonomía en los coches eléctricos parece tener solución en los modelos autorrecargables. Aunque esto no es una opción viable en la actualidad, se están desarrollando vehículos eléctricos con los que se pueda circular sin tener que recargar la batería.
Esto supondría un gran impacto para la compra y venta de este tipo de coches, cuyo principal inconveniente se vería resuelto. Entre las alternativas para no tener que hacer parada en un punto de recarga para un coche eléctrico encontramos las siguientes:
- Frenada regenerativa: cuando se disminuye la velocidad se aprovecha la energía cinética del vehículo para recargar la batería. Esto se usa ya en los coches eléctricos y aparece como opción en los autorrecargables.
- Batería de inducción con un sistema de carga inalámbrica que puede estar instalado en los bajos de los coches y en el suelo.
- Carreteras solares: en la línea del punto anterior, sería instalar paneles fotovoltaicos en el pavimento de la calzada por la que circulan vehículos eléctricos y se recarguen por inducción.
- Paneles solares en los coches: esto sería muy útil en lugares del mundo donde hay muchas horas de sol, con células fotovoltaicas instaladas en la superficie del vehículo.