Vintage

En general, el término «vintage» se suele utilizar para designar objetos fabricados hace una cantidad de tiempo considerable y cuyo diseño o carácter los hacen particularmente atrayentes en la actualidad. En el mundo de la automoción, el coleccionismo de coches antiguos o clásicos ha experimentado un auge en los últimos años y existen multitud de eventos relacionados con el tema.

No existe un criterio claro para distinguir un coche clásico o vintage de uno que simplemente tiene muchos años. En la denominación pueden entrar tanto un Volkswagen Beetle como un Bugatti de los años treinta, automóviles con precios astronómicos junto a otros asequibles y diversos grados de modificación sobre el vehículo original. Otra cuestión son los llamados coches históricos, a los que sí se les piden determinadas condiciones para acceder a tal catalogación.

Tampoco los compradores de este tipo de vehículos responden a un perfil único. Existen verdaderos coleccionistas con un elevadísimo poder adquisitivo, y personas que simplemente buscan un modelo de otra época que les resulta atractivo para renovarlo y darle uso.
El gusto por los diseños de los coches clásicos ha llevado, incluso, a que los fabricantes de vehículos eléctricos se planteen recuperar algunos de esos diseños para sus modelos. Marcas como Infiniti o Mercedes ya han empezado a aprovechar la libertad que ofrecen los coches eléctricos a la hora de elegir una estética concreta.

En cualquiera de los casos, el mantenimiento de un automóvil vintage no resulta barato, pues encontrar las piezas de recambio necesarias puede ser una tarea muy complicada, o directamente imposible. Pero, desde el punto de vista opuesto, estos coches pueden también resultar una inversión interesante por la constante revalorización que los modelos más apreciados (a menudo de marcas como Aston Martin, Mercedes, Ferrari o Jaguar) han experimentado durante los últimos años.