Anticogelante

Los compuestos anticongelantes se utilizan con los líquidos para poder hacer disminuir sus puntos de fusión, de esta manera, la mezcla que se obtiene se congelará a menor temperatura y podrá permanecer líquida más tiempo a temperaturas bajas.

En automóviles se emplea mucho, y se añade a la gasolina y al diésel para evitar que se solidifiquen en invierno, también se usa en el circuito del líquido refrigerante de todos los motores para permitir que puedan seguir funcionando cuando las temperaturas son bajas. Proporcionan además, una función anticorrosiva en los sistemas de refrigeración.

Para que un anticongelante sea de buena calidad debe contar con las siguientes propiedades:

• Poseer una temperatura baja de congelación. Esto evitará una rotura del circuito de refrigeración por un aumento de volumen del líquido a temperaturas bajas.
• Debe contar con un temperatura de ebullición alta, incluso más elevada que la que alcanza el motor en funcionamiento, de esta forma el líquido mantendrá sus propiedades.
• Tiene que tener propiedades anticorrosivas y antiincrustantes para evitar la formación de depósitos sólidos y que hayan menos acumulaciones de calcio en el interior del sistema.
• Su viscosidad debe ser baja para que fluya con facilidad.
• No debe producir cavitación ya que si se forman espumas pueden taponar el circuito.

Por lo general, el anticongelante se debe cambiar cada dos años o unos 40.000 kilómetros ya que sus componentes se deterioran y el coche estará expuesto a un mayor desgaste, que pueden provocar daños graves.

Existen unos anticongelantes orgánicos que pueden mantener más sus propiedades ya que no usan silicatos, que se suelen degradar con el paso del tiempo. En su lugar, cuentan con aditivos de protección que tienen mayor versatilidad y durabilidad. Además, son compuestos biodegradables, por lo que su daño al medio ambiente será menor, y tienen mejores propiedades anticongelantes.