Gato

El gato permite elevar cargas pesadas mediante el accionamiento manual de una palanca o una manivela de manera manual o mediante un sistema de accionamiento asistido por un motor eléctrico o por un compresor de aire, como sucede con los gatos de uso industrial que se encuentran en los talleres

Según su principio de funcionamiento, los gatos se ubican en dos tipos: los gatos mecánicos y los hidráulicos. 

• Gatos mecánicos 

Aquellos que normalmente se valen de un sistema multiplicador que se encuentra basado en una pieza o tornillo roscado en un husillo. Este tipo de gato se emplea para levantar cargas pequeñas, y están diseñados para ser accionados manualmente o también por medio de pequeños motores de 12 vatios. 

Son muy útiles para los automóviles puesto que su construcción es simple, su peso es reducido (lo que hace que sean muy prácticos) y además los requerimientos de mantenimiento son mínimos. No obstante, también tiene sus desventajas, como lo son la lentitud de accionamiento como de repliegue; y además, su capacidad de carga es limitada.

• Gatos hidráulicos

Basados en el principio de Pascal, son aquellos que funcionan bajo presión, aprovechando el efecto del reparto uniforme de la presión a través de un fluido de aceite entre dos émbolos de distinta sección. Este tipo de gato se emplea para levantar una gran cantidad de carga. Sus principales ventajas son su potencia y su velocidad tanto de accionamiento como de plegado (casi de manera inmediata).

Por el contrario, su principal desventaja es que son equipos que requieren cierta complejidad en su mantenimiento. Uno de sus principales usos es en los automóviles, debido a su versatilidad y poco esfuerzo requerido para alzar un coche. Además, también hay versiones más potentes que se usadas por talleres para realizar el mantenimientos y diferentes trabajos mecánicos en los vehículos.