Tanque

En el mundo del automóvil, todos los vehículos necesitan almacenar el combustible de manera segura hasta que es necesario para hacer funcionar el motor. Para ello, se instala un tanque de combustible, normalmente ubicados antes o después del eje trasero y sujetados al tren de aterrizaje, que sirve como contenedor seguro.

Por lo general, todos los tanques de combustible instalados en un vehículo presentan las siguientes características:

• Garantizan un almacenaje seguro para el combustible.
• Deben contar con un método para poder determinar la cantidad de combustible en su interior en todo momento.
• Tienen que evitar las pérdidas por escape o por evaporación.
• Su relleno tiene que ser capaz de realizarse sin riesgos.
• Deben poder alimentar al motor, por lo general mediante un bomba.
• Posibilidad de anticipar posibles riesgos y daños.
• Tienen que permitir desviar, en caso de sobrepresión, los vapores de combustibles por medio de válvulas.

Según el material con el cual están fabricados, se pueden distinguir dos tipos de tanques de combustible.

TANQUE DE PLÁSTICO

Fabricados con polietileno de alta densidad mediante moldeo por soplado. Este tipo de fabricación está en aumento y se instala en la gran mayoría de automóviles modernos, ya que se reducen las emisiones de fuel y la utilización de plástico hace posible geometrías más complejas. Además, son más seguros y ofrecen una mayor capacidad de almacenaje.

TANQUE DE METAL

Suelen estar fabricados en acero o en aluminio mediante una soldadura de varias láminas. Este tipo de fabricación ofrece los mejores resultados de emisión de combustible, atrapando gran cantidad de productos químicos perjudiciales, como el monóxido de carbono o el dióxido de azufre, en el interior del tanque, aunque es un tipo de fabricación cada vez menos competitiva en el mercado.