Semáforo

Significad de Semáforo

La necesidad de sistemas para regular la circulación de los vehículos existe desde los primeros tiempos del automóvil, pero adquirió especial importancia con la popularización de los coches gracias a su producción en serie, en la segunda década del siglo pasado.
El primer semáforo, sin embargo, fue diseñado e instalado mucho antes, en el Londres de 1868. Funcionaba manualmente, ya que la automatización del dispositivo no llegó hasta 1910. En años sucesivos se incorporarían las luces eléctricas y se añadiría una señal amarilla al rojo y verde originales para orientar a los conductores sobre el momento del cambio.

En la morfología de un semáforo actual, diferentes tipos de estructura sirven de soporte a la cabeza, que está formada por varias caras orientadas en las direcciones correspondientes. Cada cara aloja un número variable de luces, para las cuales se suelen emplear lámparas LED por su bajo consumo y larga vida útil.
Lo más usual es un sistema de tres colores: el rojo significa que es necesario detenerse, el verde que se puede avanzar y el ámbar también indica detención, o paso con prudencia en caso de no resultar posible aquella. Una luz amarilla intermitente no prohíbe el paso, pero señala la necesidad de extremar la precaución.

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Tipos específicos de semáforos

Además de los semáforos para peatones, y de los que añaden elementos de utilidad, como la cuenta regresiva (que indica el tiempo restante para cada cambio), existen multitud de tipos basados en el mismo sistema pero no destinados a la totalidad de los vehículos. Así, los semáforos de carril sirven únicamente a los coches que circulan por un carril determinado, y los semáforos para ciclos o para autobuses ofrecen señales específicas para esos vehículos.