Reposacabezas activos

Se trata de uno de los elementos pertenecientes al conjunto de seguridad pasiva de los automóviles, que tienen como función evitar que la cabeza de los pasajeros sufra movimientos bruscos durante un accidente o impacto.

El fenómeno que se evita al instalar reposacabezas activos en un coche, se denomina efecto látigo, el cual puede provocar daños graves en la zona cervical de las personas.

A diferencia de un reposacabezas fijado a la estructura del asiento del coche, que si se ajusta de manera adecuada también puede ser muy eficaz a la hora de prevenir lesiones cuando se sufre un accidente o impacto, los reposacabezas activos, son capaces de activarse automáticamente cuando se detecta la colisión.

Es un elemento que tiene como finalidad detener la cabeza del ocupante al sufrir un accidente, y para ello, cuando se detecta que el asiento se ha movido en exceso o el pasajero se ha desplazado hacia delante con una fuerza excesiva, los reposacabezas activos se desplazan hacia arriba y hacia delante, evitando movimientos bruscos de la cabeza y disminuyendo la posibilidad de sufrir lesiones graves en las cervicales.

Los reposacabezas activos están instalados sobre una placa de presión en los asientos de los vehículos mediante unos muelles. Cuando estos muelles soportan una fuerza excesiva debida a un movimiento brusco del asiento, provocando el desplazamiento del ocupante hacia delante, la placa de presión se mueve y provoca que el reposacabezas suba y se desplace frontalmente para sujetar la cabeza y evitar el efecto látigo.

Para un correcto funcionamiento de los reposacabezas activos, es muy importante mantener una posición correcta durante la conducción y no olvidar que no se trata de un elemento para la comodidad del ocupante, sino que es un elemento de seguridad, y por lo tanto, debe ser colocado adecuadamente antes de iniciar la conducción.