rebote de valvulas

En un motor de cuatro tiempos, las válvulas se abren cuando son empujadas por unas levas y se cierran gracias a la acción de un muelle. Pero cuando el motor funciona a una cantidad de revoluciones por minuto muy elevada, puede ocurrir que dichos muelles no sean capaces de soportar el ritmo y no tengan tiempo suficiente para distenderse. Así se genera el fenómeno conocido como rebote de válvulas.
El rebote es, junto a la flotación de válvulas, uno de los problemas que aparecen cuando la velocidad del motor supera la que los muelles encargados de cerrar las válvulas pueden tolerar. Básicamente consiste en que la válvula, que no ha sido cerrada a tiempo por el resorte, choca contra la leva encargada de empujarla, y esta, a su vez rebota contra el árbol de levas. Como consecuencia, las piezas dejan de trabajar de forma coordinada y varias fuerzas actúan de manera opuesta, produciendo ruidos y vibraciones. También se da una reducción de potencia debida a la pérdida de los gases que causa el cierre incompleto de las válvulas.

Cualquier motor puede experimentar el rebote de válvulas a regímenes demasiado elevados, pero si aparece el problema en otras circunstancias puede deberse, simplemente, al mal estado de los muelles.
Por otra parte, el llamado sistema de distribución desmodrómico permite que el motor trabaje a regímenes muy altos sin riesgo de rebote. No emplea muelles, sino una leva para abrir la válvula y otra para cerrarla, por lo que la fiabilidad aumenta. Sin embargo, la complejidad del sistema y sus costes de fabricación han frenado su implantación en los automóviles de calle.