posicion del motor

La ubicación de un motor en un vehículo no es algo trivial. Se trata de un peso importante que va a influir en el movimiento del coche y en las fuerzas e inercias que este debe soportar. La decisión de situar esa carga en una u otra parte depende, en buena medida, del tipo de comportamiento que se desee en el vehículo y de las sensaciones de conducción buscadas.

Lo más frecuente es que el motor esté situado en la parte delantera, pero hay diferentes alternativas de disposición según el tipo de tracción del coche y otros factores:
Delantera transversal: se habla de disposición transversal cuando el motor se coloca a lo ancho, de forma perpendicular a la longitud del vehículo. Por otro lado, puede instalarse en voladizo, por delante del eje delantero del coche, o bien en la parte central, por detrás de dicho eje. La primera opción es la más empleada en la actualidad, y suele presentar una ligera inclinación del bloque hacia la cabina para que el peso quede mejor distribuido. Esta disposición ofrece relativamente poco espacio, por lo que no suele ser posible en motores de gran cilindrada.
Delantera longitudinal: en este caso, el motor se orienta longitudinalmente, lo que permite un mejor reparto de peso entre los ejes. Es una disposición muy empleada en automóviles deportivos. Como en la transversal, es posible que el motor se sitúe en voladizo, sobre las ruedas directrices, o en posición central, desplazada hacia el habitáculo y favoreciendo una distribución idónea de la carga.
Trasera transversal: bien en voladizo (por detrás del eje trasero) o bien en la zona central, esta disposición afecta en menor grado al espacio reservado para el habitáculo.
Trasera longitudinal: el motor va situado a lo largo, en la zona trasera, y también puede disponerse su masa por detrás del eje o hacia la cabina.