Gasóleo

El término gasóleo no es el único referente a este tipo de combustible. Es también llamado gasoil, diésel o incluso dísel.

Su fabricación se remonta a finales del siglo XIX, cuando se buscaba un combustible para un vehículo con motor de encendido por compresión, por Rudolf Diesel.

Los vehículos que utilizan este tipo de combustible, también son referidos como coches con motor diésel o coches con motor gasóleo.

En la actualidad podemos encontrar 3 tipos de gasóleo:

Gasóleo de tipo A: Es considerado el gasóleo que tiene más calidad y es el que se utiliza para vehículos con motor diésel.
Su calidad deriva de estar fabricado con un mayor refinado, así como por contener aditivos que evitan problemas relacionados con la parafina, como por ejemplo la solidificación a bajas temperaturas.
Además, el gasóleo de tipo A ofrece un mayor rendimiento del motor y tiene menos emisiones contaminantes, entre otras ventajas.

Gasóleo de tipo B: Este tipo de gasóleo es utilizado para vehículos especiales, sobre todo maquinaria agrícola, maquinaria de pesca, embarcaciones y otros vehículos autorizados.
A pesar de que económicamente es más barato, tiene más parafina que el gasóleo A, lo que conlleva un mayor riesgo en el mantenimiento de los vehículos y maquinaria que lo aprovechan. Su uso fuera de los vehículos designados para ello es ilegal.

Gasóleo de tipo C: Este gasóleo es el que se utiliza en calderas de calefacción y sistemas relacionados con la producción de calor.
Es un gasóleo con un alto porcentaje de impurezas y basa su potencial calorífico en la mayor cantidad de parafina.

Los coches que se basan en un motor de gasóleo han presentado desde sus inicios importantes ventajas, lo que les ha permitido tener una posición en el mercado prioritaria.

Sin embargo, las polémicas relacionadas con las emisiones contaminantes de estos vehículos, han hecho caer en crisis a estos modelos, hasta el punto de que se considera que en el futuro podrían dejar de existir.

No obstante, los coches con gasóleo actuales, han controlado hasta tal punto las emisiones contaminantes, que son una alternativa mucho más sostenible que otros tipos de vehículos que funcionan por combustión.

Entre las mayores ventajas de un coche con gasóleo destacamos las siguientes:

El precio de venta es actualmente más económico que algunos que funcionan con motor de gasolina, pero sobre todo el ahorro económico está en el precio del combustible en las estaciones de servicio.

Su eficiencia, así como las emisiones contaminantes, han dejado en la práctica de suponer el riesgo que implica conducir un modelo antiguo con gasóleo.

El gasóleo requiere menos consumo, lo que implica una mayor autonomía para el vehículo y un ahorro para el conductor.

Como desventajas, un coche con gasóleo requiere normalmente mayor mantenimiento y su precio en el mercado se devalúa con mayor celeridad.