Downsizing

El downsizing es una herramienta que están explotando muchos fabricantes de automóviles con la que se intenta conseguir un mayor rendimiento y eficiencia con motores de menor tamaño pero con mayor evolución. Para ello, se reduce el número de pistones y la cilindrada pero la potencia específica es mayor y cuentan con consumos menores. 

En este diseño de motores de combustión interna se introducen sistemas de sobrealimentación, una distribución variable, un control de válvulas, unos colectores de admisión variables, entre muchos otros sistemas.

Una de las claves para realizar el downsizing es la utilización de la sobrealimentación con turbocompresores. Aunque aún existen marcas que utilizan motores de aspiración atmosférica, la gran mayoría optan por introducir turbocompresores en sus modelos. Las limitaciones del turbocompresor, con respecto a su complejidad y a su funcionamiento para ayudar al motor durante todo el intervalo de revoluciones, siguen siendo importantes. El futuro pasa por la utilización de compresores eléctricos con una oferta de par y una disponibilidad inigualable.

Otra de las claves del downsizing es la electrificación de los vehículos. Multitud de automóviles cuentan con instalaciones eléctricas que son capaces de abastecer el consumo necesario para muchos de los elementos y accesorios de los que cuenta el coche, como puede ser la bomba de aceite, la de vacío o la del agua, el compresor del aire acondicionado, entre otros. La clave está en contar con un generador que funcione gracias al cigüeñal del motor y que sea capaz de abastecer a la totalidad del vehículo, aunque esto supone una mayor eficiencia, también supone mayor dependencia energética y un coste más elevado.

La fiabilidad del downsizing aplicado a los motores actuales, aunque por el momento es un aspecto positivo, no puede ser valorada con certeza ya que al ser una mecánica de nueva generación es demasiado pronto para realizar una valoración.