desmultiplicacion

La desmultiplicación implica que la cantidad de revoluciones de salida es menor que la de entrada, por lo que es sinónimo de reducción. En el automóvil, el término es usado habitualmente para referirse a las relaciones de transmisión que se encargan de transmitir el par generado por el motor a otros componentes. En particular, se aplica a la transmisión de fuerza del cigüeñal a las ruedas a través del diferencial y de la caja de cambios, cuyo accionamiento permite cambiar la relación entre el giro del motor y el de las ruedas.

También se habla de desmultiplicación para hacer referencia a la relación del mecanismo de engranajes existente entre el movimiento del volante y el giro de las ruedas. Ese mecanismo permite el funcionamiento del sistema de dirección.
A más desmultiplicación de la dirección, menor será el esfuerzo necesario para mover el volante y mayor será el giro que deberá ejecutarse con él. Eso implica un margen de error también mayor a la hora de manejar el volante y facilita la toma de curvas a conductores con poca experiencia.
Por el contrario, una desmultiplicación baja incrementa la exigencia del vehículo al conductor. Es necesaria más fuerza para girar y el volante requiere menor ángulo de giro para cambiar de dirección. La precisión de la conducción debe aumentar al verse notablemente reducido el margen de error.
El grado de desmultiplicación empleado también afecta a la forma en que los esfuerzos soportados por las ruedas se transmiten a las manos del conductor. Las sensaciones serán más perceptibles y fiables cuanto más baja sea la relación.