Control de chasis adaptativo
Significado de control de chasis adaptativo
La creciente sofisticación de los sistemas que aumentan la seguridad y el confort en la conducción ha llevado al desarrollo de conceptos como el chasis adaptativo, que algunos fabricantes denominan DCC o Dynamic Chassis Control.
Estos sistemas permiten al conductor elegir el tipo de comportamiento de los amortiguadores gracias a las válvulas electrónicas alojadas en dichos elementos. Las válvulas regulan el paso del fluido circulante y actuando sobre ellas es posible, por tanto, alterar la dureza de las suspensiones. Básicamente, el endurecimiento del amortiguador se traducirá en una reducción del balanceo de la carrocería, una frenada más eficiente y una mayor precisión, pero también en un menor confort. Este último aumenta notablemente si se opta por un recorrido más largo.
La posibilidad de adaptar la suspensión ya existía en cierta medida en sistemas anteriores, ofreciendo al conductor tres opciones de conducción: normal, confortable y deportiva. Pero la tecnología más moderna ha dado otro paso adelante, incorporando una unidad de control que se ocupa de las electroválvulas y hace posible una adaptación constante a las condiciones de conducción, aún sin cambiar la selección del programa.
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Las ventajas de los modernos sistemas DCC
Las versiones recientes del control de chasis adaptativo no se limitan, como sus predecesoras, a ajustar el tarado del amortiguador en función de la opción escogida por el conductor. Por el contrario, la unidad electrónica está recibiendo permanentemente datos que le permiten una modificación continua de la dureza de la suspensión, para adecuarla al modo de conducción y a las irregularidades de la vía. También reacciona a determinadas situaciones de riesgo con el endurecimiento inmediato de los amortiguadores, facilitando la estabilidad y el control del vehículo.