RSC

Desde un punto de vista genérico, la RSC o responsabilidad social corporativa es una línea de política empresarial consistente en considerar, en los planteamientos generales y en la toma de decisiones, el impacto que la actividad de la compañía genera en la sociedad y el medio ambiente. En las últimas décadas, la RSC se ha presentado como un instrumento para paliar, en cierta medida, los efectos negativos causados por la práctica empresarial.

El sector de la automoción no ha permanecido ajeno al concepto, y fabricantes como Ford, Volkswagen, Opel y otros muchos han declarado sus preocupaciones sociales y ambientales, y exponen sus políticas en favor de determinados colectivos o su participación en diferentes proyectos solidarios. Todo ello, naturalmente, es un elemento más en la construcción de una imagen favorable de la empresa y ayuda a marcar distancias con la competencia en un sector en que las diferencias técnicas ya no resultan tan determinantes.

La extrema competitividad entre los fabricantes de coches siempre ha existido, pero en la actualidad, para los usuarios ya no resultan tan relevantes aspectos que antes eran decisivos.

Así, en un determinado rango de precios, las prestaciones y los perfiles técnicos de los diferentes modelos que ofrece el mercado se aproximan tanto que son otros los factores que pueden inclinar la decisión de un comprador. La RSC, y la ayuda que supone para proyectar una buena imagen de marca, es uno de esos factores.

El desarrollo de tecnologías limpias y la apuesta por los coches híbridos son planteamientos muy bien acogidos por unos usuarios con cada vez mayor conciencia ecológica. Pero la responsabilidad social corporativa tiene múltiples caras y manifestaciones: Ford promueve las actividades de voluntariado y realiza importantes donaciones a la investigación médica, mientras otros fabricantes otorgan ciertos beneficios sociales a sus trabajadores o invierten en un funcionamiento más sostenible.