DGS

El DGS tiene un lejano precedente en el sistema de doble embrague ideado por el francés Adolphe Kégresse en los años treinta del siglo pasado, que no logró difusión comercial.

A principios del siglo XXI, Volkswagen recuperó para uno de sus modelos un concepto que ya se había empleado en algunos coches de competición, y marcó un cambio de tendencia en los hábitos de usuarios y fabricantes que se confirmaría en los años siguientes.
El cambio automático de doble embrague no solo ha sido adoptado y desarrollado por Volkswagen. Numerosas marcas han diseñado su propia versión del sistema y lo ofrecen en sus modelos bajo denominaciones comerciales diferentes.

DGS es la expresión abreviada de Direct Shift Gearbox, un sistema que cuenta con dos cajas manuales, cada una con su embrague, que funcionan de forma sincronizada. Uno de los embragues se ocupa de engranar las marchas impares y el otro de las pares.

Mientras uno de ellos tiene engranada una marcha, el otro preselecciona la que, en función del comportamiento del coche, se empleará a continuación. Así, si se está frenando el vehículo se preseleccionará la marcha inferior, y si se acelera ocurrirá lo contrario. Esa labor es realizada por la unidad central del sistema, que recoge la información de diferentes sensores y elige la marcha más adecuada para realizar el cambio de la forma más suave posible.

El sistema ofrece la comodidad de los dispositivos automáticos, pues las marchas se engranan sin intervención del conductor. La gran rapidez a la que se realizan los cambios en comparación con los sistemas manuales o los automáticos convencionales es otro aspecto a favor, lo mismo que la suavidad de la transición entre una y otra velocidad. Por último, la eficiencia del mecanismo también resulta favorable desde el punto de vista del consumo.

En el lado menos ventajoso están un coste más elevado y la exigencia de un mantenimiento muy cuidadoso, además de cierta pérdida de suavidad en el cambio a velocidades bajas.