Concesionario

Habitualmente, un concesionario dispone de un local de grandes dimensiones para exhibir sus modelos y está atendido por personal especializado. Se trata de un modelo de venta de automóviles muy extendido a nivel mundial, resultando casi anecdóticos los casos en que se da un contacto directo entre la marca y el usuario para formalizar una venta.

Puede responder a varios modelos de negocio. En algunos supuestos, el concesionario es propiedad de la marca que ofrece sus vehículos en venta, y en otros es un empresario privado el que ostenta esa propiedad. En este último caso, el negocio puede desarrollarse bajo el sistema de franquicia (lo que significa que depende del fabricante) o bien trabajar con diferentes marcas sin depender de ninguna de ellas.

Lo más usual, de cualquier forma, es que un concesionario se asocie a una única marca, y que el establecimiento pertenezca a una empresa que, por medio de un contrato de concesión, es autorizada por ese fabricante concreto a vender sus modelos.

Si bien la actividad tradicional de un concesionario se ha centrado en la exposición y venta de vehículos, los perfiles del negocio han ido cambiando a medida que la oferta al cliente se iba ampliando a determinados servicios complementarios vinculados al sector del automóvil.

Así, muchos concesionarios actuales ofrecen servicios de reparación, revisión y mantenimiento mecánico, y añaden la venta de repuestos y accesorios. También es frecuente que presten asesoramiento y realicen gestiones relativas a las garantías, el seguro del vehículo y los trámites de matriculación. Los servicios financieros y el alquiler de automóviles son otras de las actividades que puede realizar un concesionario.