Disco doble ventilado de freno

La fricción que se produce en la frenada de un vehículo transforma la energía cinética en calor. Se alcanzan temperaturas muy elevadas que el disco de freno debe ser capaz de soportar, para absorber y disipar la mayor parte de la energía. La necesidad de contar con discos aptos para desempeñar eficientemente esa misión ha llevado a desarrollar dos tipos de dispositivos.

Los discos macizos poseen una única superficie de fricción y tienen una capacidad limitada para disipar el calor. Su fabricación es más sencilla y económica, y suelen ser montados en el eje trasero, que sufre una menor exigencia en la frenada, o bien en vehículos poco potentes.

Los ventilados cuentan con canales de tipo radial que separan los dos discos y permiten que el aire corra. Al girar el disco de freno se genera un efecto ventilador que hace circular el aire de forma constante y evita sobrecalentamientos y averías. Los discos ventilados son capaces de disipar el calor con mayor eficacia que los macizos, y por ello suelen emplearse en el eje delantero, o en los dos ejes si se trata de un vehículo de gran potencia.

Lo más común es que los discos de freno ventilados cuenten con pinzas flotantes; eso significa que tienen un único pistón, a diferencia de los de pinzas fijas, que emplean varios. El sistema de pinzas flotantes resulta mucho menos costoso, pero su eficacia y su tacto son peores y su resistencia a las temperaturas elevadas también es inferior a la de los discos de pinzas fijas. No obstante, su funcionamiento ofrece garantías suficientes para una conducción normal y por eso es el dispositivo utilizado en la gran mayoría de vehículos actuales.