cilindros contrapuestos

La disposición de los cilindros en un motor admite varias posibilidades. En este caso, se trata de aquellos que se ubican horizontalmente y en posiciones opuestas. Así ocurre en los llamados motores bóxer, que montan cilindros enfrentados de tal forma que los pistones opuestos realizan su carrera de forma simultánea, es decir, que ambos llegan al mismo tiempo al punto muerto superior y al punto muerto inferior. La razón es que cada biela se conecta a su propia muñequilla del cigüeñal.
Los motores en V a 180 grados también cuentan con cilindros horizontales opuestos, pero en este caso cada par de pistones comparte una muñequilla. Eso significa que cuando uno de ellos esté en el punto muerto superior, el otro estará en el inferior.
La ventaja que ofrecen los bóxer frente a los motores en V es que el movimiento de un pistón es compensado por otro movimiento idéntico del pistón opuesto, por lo que las fuerzas quedan equilibradas.

La disposición horizontal de los cilindros contrapuestos hace que la altura del motor sea menor y su centro de gravedad más bajo, lo que beneficia a la estabilidad del propulsor. En ciertos supuestos, el diseño facilita además una buena refrigeración del sistema. También el equilibrio dinámico del motor es un factor positivo en el caso de los diseños bóxer, pues hace innecesario el empleo de contrapesos en el cigüeñal.
Entre sus desventajas están unos costes de fabricación más elevados debido a su mayor número de piezas, y una anchura notable que puede plantear problemas de montaje.