suspension de trapecio

En general, un brazo de la suspensión es un elemento que conecta el chasis del vehículo con un eje, un pivote de la dirección u otro mecanismo. Sus extremos pueden estar unidos de manera fija a la otra pieza o bien articulados por medio de rótulas o cojinetes. Por otra parte, pueden tener un solo punto de anclaje en cada extremo o contar con varios, bien en ambos extremos o bien en uno de ellos. En el primer caso se habla de brazos en sentido estricto, y en los dos últimos de triángulos y trapecios, aunque con frecuencia se emplea «trapecio» para referirse también a los elementos de forma triangular.
Los trapecios de la suspensión se disponen horizontalmente y unen el chasis del coche con la rueda, formando un conjunto capaz de absorber los movimientos verticales del vehículo. Habitualmente, los vértices del trapecio se conectan al pivote por medio de rótulas. La evolución de los dispositivos de suspensión ha llevado a los sistemas que incorporan un doble trapecio en los ejes delanteros para un mejor comportamiento, una reducción de las vibraciones y un mayor equilibrio durante la marcha.

El deterioro o la avería de un trapecio, componente esencial del sistema de suspensión, puede causar serios problemas en el control del coche. El elemento está expuesto a roturas y deformaciones en caso de impacto, pero lo más frecuente es que sea el desgaste del silentblock lo que haga necesaria una reparación. En los trapecios, al igual que en otras partes del vehículo, se emplean silentblocks para atenuar las vibraciones, y son las piezas más exigidas del triángulo de la suspensión.