engranaje de chevron

En términos generales, los engranajes sirven para transmitir un movimiento de rotación entre dos ejes. El engranaje de Chevron es de tipo doble helicoidal, y sus características permiten aumentar notablemente el grado de inclinación de los dientes respecto a un engranaje convencional, lo que equilibra las presiones y confiere una mayor suavidad al comportamiento del mecanismo.
Aunque ha habido épocas en las que este tipo de engranaje ha sido empleado en la automoción para los cambios de velocidad, su uso en la actualidad se suele limitar a los sectores ferroviario y marítimo, y a determinadas turbinas de gran potencia.

Las singulares características del engranaje de Chevron se traducen en unos beneficios e inconvenientes claramente definidos.
Entre sus ventajas, presenta una mayor vida útil porque el mecanismo no soporta carga axial ni causa el sobrecalentamiento de los componentes, lo que favorece su empleo a altas velocidades. Su tamaño y su peso, más reducidos que los de una rueda helicoidal, son otros de sus aspectos favorables.
Resulta extremadamente eficiente en la transferencia del movimiento y su funcionamiento es más silencioso que el de otro tipo de engranajes. Sus dientes engranan de forma más progresiva y el diseño del mecanismo permite que una mayor cantidad de dichos dientes estén en contacto de manera simultánea.
Como ya se ha dicho, el engranaje de Chevron se suele emplear en casos que requieren una transmisión de potencia y velocidad elevadas, lo que obliga a una gran exactitud. El resultado es una fabricación considerablemente compleja y costosa, y un proceso de instalación muy exigente en lo que respecta a la precisión y la cualificación del personal instalador.