Embrague

El embrague es un elemento mecánico responsable de transmitir la potencia del motor de un vehículo, a su propia caja de cambios. Además, gracias a este mecanismo, es posible separar o unir el giro del motor del coche a la transmisión. 

El conductor de un vehículo controla la potencia del coche mediante el embrague, es decir, puede aumentar o disminuir dicha potencia en el momento que lo requiera.

Las principales funciones del embrague son dos: iniciar la marcha y cambiarla. Para poder iniciar la marcha en un vehículo y que éste comience a moverse, es necesario que la transmisión sea progresiva.

Cuando el motor se enciende está girando a unas revoluciones mínimas, pero el vehículo no se mueve, esto se debe a que la transmisión del giro no puede ser inmediata, puesto que en caso contrario el coche sufriría un tirón fuerte muy perjudicial para las piezas de la transmisión.

Es por todo esto, que la función del embrague es esencial en el inicio de la marcha. Para utilizar el embrague es necesario el pedal, el cual permite al conductor regular la fricción que tiene el disco del embrague con el volante del motor. Cuando el conductor pisa el pedal, el embrague se separa y cuando lo suelta progresivamente, se va acercando hasta que comienza a rozar y por lo tanto se empieza a transmitir el giro. 

Por otra parte, respecto a la función del embrague para cambiar de marchas, sirve para disminuir o aumentar la potencia del vehículo. Para poder llevar a cabo este proceso también es necesario el uso del pedal. Dicho pedal tiene como función desacoplar la caja de cambios para que sus engranajes puedan moverse sin presión. 

Para poder llevar a cabo el cambio de marcha, el embrague es indispensable, puesto que en caso contrario sería casi imposible y además extremadamente perjudicial para el coche.