ovalización

Los pistones, en su movimiento por el interior del cilindro, generan un desgaste. Se podría pensar que, dado que dicho movimiento es vertical, el desgaste generado será regular y homogéneo, pero no es así.

La ovalización es una consecuencia del desgaste irregular y se manifiesta en la pérdida de la forma circular del cilindro con el uso. Si se realizan dos mediciones de su diámetro de forma que una sea perpendicular a la otra, resultarán dos longitudes distintas. Más concretamente, las paredes del cilindro que experimentan la fricción de forma perpendicular al eje del cigüeñal, presentarán un desgaste mayor.

Cuando el pistón se encuentra en el punto muerto superior, recibe la presión vertical causada por la explosión. En su movimiento de descenso hacia el punto muerto inferior, la posición inclinada de la biela genera un empuje lateral que provoca una abrasión o desgaste mayor en uno de los lados del cilindro, aquel situado en la cara contraria a la cabeza de la biela.

En la carrera de compresión se va a producir un desgaste similar. En este caso, el recorrido del pistón es ascendente desde el punto muerto inferior, y recibe la presión de los gases que están siendo comprimidos en la cámara. De nuevo, la posición de la biela causa una abrasión en una de las paredes, que ahora resulta ser la opuesta a la afectada durante la explosión.

La intensidad de uno y otro desgaste no es la misma, pues la fricción originada durante la detonación resulta más acusada que la que tiene lugar en la compresión, al ser mayor la fuerza que actúa.

En cualquier caso, a consecuencia de la irregularidad del desgaste y tras un período prolongado de funcionamiento del motor, la camisa del cilindro presentará esa característica deformación que es conocida con el nombre de ovalización.