ECC

La marca sueca Volvo ha estado tradicionalmente asociada a modelos extremadamente sólidos y seguros, pero en los últimos años se ha ido orientando cada vez más a la hibridación, los vehículos «verdes» y la reducción de los consumos y las emisiones contaminantes. A esa filosofía respondía ya el Volvo ECC Concept, un prototipo creado por el fabricante nórdico en 1992 que se adelantó a las tendencias de los años posteriores.

ECC eran las siglas de Environmental Concept Car, y con su creación se buscaba ofrecer una respuesta a los crecientes y alarmantes niveles de contaminación en California y el resto de la costa Oeste de los Estados Unidos. El coche funcionaba con un motor eléctrico, y su autonomía aumentaba gracias a una turbina alimentada por gasóleo que servía de apoyo al propulsor eléctrico pero no impulsaba directamente el automóvil. El Volvo ECC llegaba a alcanzar una velocidad de 175 kilómetros por hora con una tonelada y media de peso.

El planteamiento ecológico también estaba presente en la elección de materiales de bajo impacto medioambiental. Por otra parte, en el diseño del vehículo se empleó una línea mucho más estilizada y aerodinámica de lo que era usual en la marca, algo que le dio al coche cierto aspecto futurista y una mayor eficiencia. Además, permitía elegir entre tres modalidades de conducción, algo que hoy resulta muy común.

El Environmental Concept Car no llegó a comercializarse, pero varias de sus aportaciones serían aprovechadas por un posterior modelo de berlina de la marca. Su influencia fue considerable al señalar una dirección, basada en la electricidad y el funcionamiento limpio, en la que gran cantidad de fabricantes trabajarían los años siguientes.